Las tomateras son una de las plantas más sencillas de cultivar, tanto en terreno como en un pequeño urbano, incluso en maceta, por eso es una de las elegidas por las personas que quieren iniciarse en el mundo de la horticultura. Además de la alegría de verlos crecer, podemos disfrutar del rico sabor de sus frutos. Pero que sea de fácil cultivo no significa que no requiera unos cuidados específicos. Por ejemplo, hay que prestar especial atención al riego del tomate.
Cómo debe ser el riego del tomate
Un adecuado riego de tomates es imprescindible para una buena cosecha. Existen varios tipos de riego que podemos utilizar.
Por goteo
El riego por goteo del tomate es ideal para huertos grandes, ya que permite hacer un uso óptimo del agua, con un ahorro de hasta un 50 % comparado con el riego mediante aspersores. También es la forma más aconsejable para el riego del tomate en invernadero. Este tipo de riego, además, no ejerce fuerza sobre las plantas y se puede proyectar con precisión para que caiga únicamente en la zona de la raíz. En este sistema se pueden incluir mezclas de agua con fertilizantes para mejorar la productividad, y el suelo se humedece de forma progresiva, lo que resulta muy beneficioso para la tierra y sus nutrientes.
Por surcos o por inundación
Este sistema se recomienda solo en cultivos al aire libre, nunca en invernaderos, ya que se incrementa en exceso el nivel de humedad, propiciando la aparición de hongos y enfermedades. Consiste, como su nombre indica, en llenar de agua los surcos de los cultivos.
Cuánto riego necesitan los tomates
Con el riego del tomate, o cualquier planta del tipo que sea, el exceso de agua puede ser tan perjudicial como su defecto. El consejo es siempre comprobar la humedad del sustrato antes de proceder a regar, y hacerlo solo cuando se haya secado lo suficiente. ¿Cada cuánto regar las tomateras? La frecuencia puede variar según la estación del año, el clima de la región o el tipo de cultivo.
Riego en maceta
El riego del tomate en maceta debe ser frecuente pero no tanto como en un huerto. De forma aproximada se deberían regar unas 3 veces por semana durante el verano y 2 veces el resto del año. Hay que evitar que se mojen las hojas, los frutos y las flores. Si es posible, podemos aprovechar y recoger agua de lluvia para el riego del tomate. Si debajo de la maceta hemos colocado un plato, lo mejor es retirarlo para que drene el exceso y no se acumule, así evitamos riesgo de infestación por hongos.
Riego en jardín o huerto
¿Cuánto riego necesitan los tomates en el huerto? En este caso la frecuencia debe ser más seguida. Durante los meses de verano, si el ambiente es muy seco, se pueden regar a diario, ya que el agua se evapora muy deprisa. En primavera, sin embargo, bastará con un par de veces a la semana. No se recomienda regar los tomates por la noche, porque la humedad nocturna y las temperaturas frescas pueden propiciar la aparición de hongos.
Como ves, es importante tener en cuenta las peculiaridades del riego del tomate. Siguiendo estas pautas conseguirás una cosecha hermosa y cargada de frutos.